La clasificación por medios de los MPC permite observar las características operativas y procedimentales de la participación ciudadana, sin embargo no permite analizar sus fines, es decir, los objetivos y alcances de la participación ciudadana por medio de mecanismos específicos que ofrecen las autoridades municipales.

Para ello, se utiliza como referencia la escalera de la participación Sherry R. Arnstein (1969) y que retoma Roger Hart (1992) para identificar el nivel de influencia de los ciudadanos en procesos de decisión.

A esta referencia se incorpora una clasificación más reciente que utiliza Archon Fung (2006) como una de tres dimensiones de participación: el nivel de autoridad en los procesos de decisión. Con base en ambas clasificaciones se relaciona cada uno de los MPC a partir de su definición.

La vinculación de ambas variables puede resumirse en cinco clasificaciones de influencia y autoridad:
1.Autoridad directa de los ciudadanos
2.Co-gobierno
3.Asesoría y/o consulta e influencia comunicativa
4.Influencia comunicativa o beneficios personales 5.Nula

Es importante señalar que los mecanismos deliberativos y consultivos comparten características de diálogo, deliberación y de consulta para la toma de decisiones, sin embargo, depende de su propia definición en cada caso y de las reglas y alcances establecidos para su operación. En este caso se diferencian por que los mecanismos deliberativos permiten llegar a acuerdos sobre procesos decisorios, mientras que los consultivos únicamente recaban información y opiniones que pueden –o no- ser tomadas en cuentas por las autoridades.